Unidos por el deporte

Pasar tiempo con los hijos es un regalo mutuo que permite afianzar lazos y enriquecer la relación. Aquí cinco mamás cuentan de qué manera aprovechan el deporte al aire libre para estar con ellos y cuánto han disfrutado en este espacio compartido.

Por: Monserrat Molina Fotos: Nicolás Abalo Producción: Claudia Illanes 

Desde pequeña soy amante de los animales y gracias a mi mamá conocí los caballos y este deporte. Comencé a montar a los 4 años, primero fui jinete de salto y entre los 8 y los 16 años competí en esta disciplina. Más adelante aprendí el adiestramiento. ¡He estado vinculada a este deporte toda mi vida! Creo que la equitación es una forma de vida. Trabajar con un compañero que pesa 600 kilos y poder controlar es un arte, y lograr que coopere y trabaje a la par contigo es maravilloso. Es un deporte que te enseña a cultivar la paciencia, la constancia, la perseverancia y el amor por los caballos. Mi hijo menor, Benjamín (5), comenzó con clases de pony a los tres años. Él siempre me veía montar y me pedía que lo subiera conmigo. Por seguridad los niños chicos montan en un recinto especial en el club y no se mezclan con los caballos grandes. Muchas veces me ha tocado encontrarme con él y me hace señas y me dice: ¡Mamá, mira, ando solo!. Cada vez que lo veo me siento chocha. Me encantaría que siguiera montando conmigo.

Virginia Yarur y Benjamín Castillo

Fuente: http://www.revistamujer.cl/2014/05/05/01/contenido/unidos-por-el-deporte.shtml/

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